miércoles, 24 de agosto de 2011

“I love you and will always love you”


I love you and will always love you”

Tras el apresurado abandono de Niamh y un fin de semana de locos con Eva, casi sin dormir me despedí de Eva en Heathrow el domingo a última hora, prometiéndola llamarla la primera cuando regresara a casa; al volver a la residencia estaba toda la habitación bastante revuelta, así que me puse a recoger un poco, en una esquina en el suelo estaba la hada que Niamh se había traído consigo, la primera vez que la vi me dijo que era una Áes Sídhe que se había encontrado desde pequeña, y que siempre la protegía desde entonces, la recogí y me la quede mirando un buen rato, sabía que mi comportamiento no había sido el más noble aprovechándome de una amiga para quitármela de encima, puse la hada sobre mi mesilla, y cada noche me quedaba durmiendo mirando aquella hada, se que Niamh paso por casa, entre otras cosas porque encima de la cama me dejo las llaves, y una nota pisada por la hada, “ya no tengo nada mas mío aquí, la Áes Sídhe puedes quedártela, espero que te de la misma suerte que a mí”.

Cuando conocí a Jenny las dos primeras semanas estaba todos los días conmigo, pero pensé que se aburriera pronto, pues de repente sus costumbres cambiaron, tanto no daba señales de vida en tres días como después se quedaba a dormir por semana dos noches seguidas, como un domingo a las 8 de la mañana estaba llamándote a la puerta con un chándal y sudada como si hubiese corrido una maratón, desde un principio me dijo que no quería nada serio, que lo nuestro era amistad y sexo, nada más, para mí era perfecto, lo que necesitaba después de Niamh. Estaba pensando en comprarme uno de esos teléfonos móviles que estaban comenzando a usar la gente, Alberto tenía un Motorola con funda y todo, parecía un cowboy con el a la cintura, y yo no quería eso para mí, pero solo tenían dos o tres modelos en Mercury One2One, como no tenía mucha solvencia decidí buscarme algo para los fines de semana, y comencé en la cocina de un restaurante español en Earls Court, como no de lavaplatos y pinche, pero así tendría algo más de solvencia y Jenny lo tendría más fácil para localizarme sin tener que estar esperándome en las escaleras de casa a que llegase, aunque siempre lo hacía con alguna sorpresa, como una botella de vino blanco y comida china, un bote de nata y cerezas, sushi y sake, o simplemente una botella de jengibre de chocolate. Ya pronto tendría que regresar a casa, pero estaba meditando el quedarme un mes más, en el restaurante el pinche que estaba por semana se iba de vacaciones a su casa, y me habían dicho que si quería me quedaba yo mientras no regresaba él, me lo estaba pensando, era un mes más para estar con Jenny, y después de las vacaciones igual volvía para Londres y me buscaba algo por allí, me daba cuenta de que Jenny me gustaba más de lo que quería admitir, una de las noches que se quedo a dormir, como siempre venia con un bolso de mano con una muda para la mañana siguiente, un neceser con sus cosas, y alguna sorpresa más dentro.

Pues esa noche fue muy insistente, como si quisiera dejarme sin fuerzas, por la mañana cuando desperté ya no estaba, y encima de la mesilla me había dejado un sobre, al abrirlo dentro había una nota a mano “para mi seria esencial que asistieses, deseo tenerte cerca ese día” y una invitación a una boda, me quede desencajado, era su propia boda con un tal William, estuve un largo rato sentado, fumando y como narcotizado, estaba conmigo y en cambio se iba a casar con otro, no conseguía entenderlo. Habían pasado varios días y después de hablar con Alberto, el cual me explico que Jenny llevaba varios años con William y la boda estaba planificada hacia más de un año, decidí que no me quedaría en el restaurante, acabaría y me iría para casa; después de dejarlo todo preparado, la maleta hecha, recuperado la fianza de la residencia, la ropa para el día siguiente preparada, me fui a dar un paseo por Kensington Gardens, hasta que llegue a “The Elfin Oak” me quede sentado enfrente hasta la hora de cierre, un guardia me aviso de que ya iban a cerrar, del bolsillo saque la Áes Sídhe de Niamh, y le dije que me marchaba a España, que esa hada me la había dado mi ex novia cuando me dejo, y que creía que en el roble era su mejor sitio, se me quedo mirando un poco, saco un manojo de llaves, abrió la jaula y me dijo, “venga rápido que nadie te vea”, la metí por un hueco y me salí corriendo, se lo agradecí “vete antes de que te tenga que multar por estar aun aquí”.

De regreso a casa, allí estaba Jenny, sentada en las escaleras, mirándome, llevaba dos semanas sin verla, y no sabía que hacia allí, se casaba al día siguiente, la mire, estaba hermosísima, con un vestido blanco con vuelo, y zapatos de tacón de salón a juego, parecía Marilyn pero con melenas, la invite a pasar, no hablamos mucho, me dijo que solo quería verme antes de casarse y despedirse antes de que me fuera, al amanecer cuando se levanto de la cama, mientras se vestía con la luz que entraba de la calle, me pareció más hermosa que nunca, y si me hubiese pedido en ese instante que me quedase, lo hubiese hecho sin dudarlo, cogió a tientas un bolígrafo, garabateo algo en un papel a oscuras, y se fue con los zapatos en la mano, me levante a oscuras, me acerque a la ventana y la vi cruzar la calle, abrió un coche que ni siquiera sabía que tenía, miro unos segundos hacia la ventana, como dudando, por unas decimas de segundos algo me pareció ver brillar en su cara, se metió en el coche y arranco, encendí un cigarro, después la luz y cogi la nota que había garabateado, solo ponía I love you and will always love you” Jenny.

Por la mañana entregue la llave y me traslade al aeropuerto de Gatwich, y mientras el focker 50 comenzaba su despegue mire el reloj, era la hora en la que Jenny estaba casándose, dejaba atrás tres pedacitos de mi corazón, Niamh que seguro que me odiaría el resto de su vida, Jenny la cual prefería casarse con otro hombre, de esos dos pedacitos no tenía idea de lo que seria, ni si algún día volvería a saber de ellas, el tercer pedacito estaría ahí esperando mi regreso, siempre mi Kensington Gardens.

César Gorín

11 de Agosto del 2011


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1 comentario:

  1. Precioso cuento! ¿Será una novela? ¡Qué tal! Tu y las chicas inglesas... Ya sé, dices que no es verdad...mmm uno siempre pone algo de sí en lo que escribe. ¿Pudiste hallar mi blog? Te pasé mis datos exactos, ahora. Antes me confundí, lo siento. Bien, lee algo si no te resulta pesado. Me han dicho que supero a los griegos... tal vez no sea un elogio...¡Vaya uno a saber!...

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