sábado, 13 de octubre de 2012

“UNA HISTORIA COTIDIANA”


“UNA HISTORIA COTIDIANA”

Después de recorrer el acantilado hasta su extremo más occidental, Helen se quedo mirando al mar un buen rato, mientras pensaba en su vida. Había estado cientos de veces en aquel mismo lugar a lo largo de sus 45 años, sintiendo el mar golpear 300 metros más abajo, contemplando la fuerza con la que la mar erosionaba un poco más las rocas cada día,
Sintiendo la constante lucha entre agua y tierra. Así era su vida diaria, una constante lucha contra los elementos que la rodeaban y erosionaban poco a poco, un ex marido Alcohólico, un par de hijos que seguían los pasos de su padre, y su trabajo en la pequeña fábrica del pueblo, la soledad, y la tristeza, solo rota por las visitas ocasionales que le hacia Lester, el agente de seguros con el que mantenía en los dos últimos años una relación, pero que después de un polvo rápido, ponía pies en polvorosa para correr junto a su mujer, y ella volvía a quedarse sola.
Regreso a su casa a una escasa milla de los acantilados, la casa que siempre había sido de sus padres y a la que volvió tras su separación, a los que cuido hasta su muerte, de eso ya hacía más de seis años, y donde crio a sus hijos hasta Roy se fue a vivir con su novia, y tuvo que echar a Peter, que le pego un puñetazo un viernes por la noche, tras llegar bebido como cada dos por tres. Ya había aguantado las palizas de su ex marido y no estaba dispuesta a aguantar las de su hijo.
Luck su fiel compañero, correteaba delante de Helen, olisqueando aquí y allá y meneando el rabo, ese viejo Setter que había sido de su padre, era el único que le daba cariño incondicionalmente, el que cada mañana la acompañaba al trabajo, y a la salida estaba esperándola a la puerta, que cada domingo por la mañana la acompañaba a la iglesia, la esperaba sentado a la puerta y hacían el recorrido hasta el cementerio donde dejaba algunas flores en las tumbas de sus padres, y continuaban de regreso hasta casa. Su padre le había puesto ese nombre en honor a Luck Skywalker, pues en sus últimos años se había hecho un autentico fan de “la guerra de las galaxias”.
Tras el paseo, mientras hacia la cena, Luck se acostaba en la puerta de la cocina, observando cada uno de sus movimientos, y solo se levantaba cada vez que a Helen le caía algo, para ver si era un trozo de comida, mientras Helen cenaba, simplemente se acostaba debajo de la mesa con la cabeza apoyada en los pies de Helen, esperando paciente a que Helen acabase y le dejase las sobras para él.
Una mañana cuando Helen se levanto, le extraño que Luck no viniese inmediatamente a darle los buenos días, al entrar en la cocina lo vio postrado bajo la mesa, pronto se dio cuenta de que estaba muerto, sus lágrimas comenzaron a rodar, descolgó el teléfono para informar de que estaba indispuesta y que no iba a trabajar ese día.
Desde ese día cuando salía de la fábrica, miraba hacia donde Luck la esperaba paciente mente cada día, aunque sabía perfectamente que no había nada allí.

César Gorín
13 de Octubre del 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario