“CRISIS”
La mañana era fría, y las luces de
navidad ya estaban puestas, aunque aún faltaban un par de días para que las
encendiesen. Las pocas gentes existentes caminaban con prisa, en dirección a
esos trabajos que nadie quiere hacer, caras aun soñolientas, y narices rojas.
Esperaba paciente el bus, y a mi lado
impaciente una chica no dejaba de mirar el reloj de pulsera, seguramente iba
tarde para el trabajo, una mulatita brasileña, unos metros más allá hablaba en
voz alta por teléfono con un posible cliente, a lo lejos se diferenciaba como
se ganaba la vida.
Subí al bus tras dejarlas pasar, según
iba acercándome al fondo, veía los rostros conocidos de cada mañana, cada vez había
menos de esos rostros, que en los últimos cinco años me acompañaban en mi viaje
matutino en el bus, se notaba que la crisis había pasado dañando a muchas
familias del barrio.
Durante las siguientes ocho paradas
fue subiendo y bajando gente, pero en todas las caras se veía la misma
tristeza, me daba cuenta que la alegría que antes se veía, poco a poco había
desaparecido de esos rostros.
La crisis había afectado mucho en
aquella pequeña ciudad industrial, llevando la desesperación a muchas familias.las
huelgas y las protestas tampoco habían solucionado nada, y los políticos, bueno
los políticos eran especímenes aparte que realmente no vivían a pie de calle, y
no tenían ni idea de los problemas de las personas.
Me baje en mi parada y recorrí las dos
calles hasta el pequeño taller en donde trabajaba, según me iba acercando distinguí
a mi dos compañeros en la puerta, estos al verme llegar me hicieron señas de
que apurase, los mire asombrado, a estas horas ya deberían estar dentro.
Al aproximarme vi en la verja un
cartel que simplemente ponía “Cerrado por cese de actividad”, mis compañeros
hablaban precipitadamente, pero yo no escuchaba nada, solo se me acababa de caer
el mundo encima.
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