sábado, 20 de agosto de 2011

“BAJO LA LLUVIA SIN NIAMH”


“BAJO LA LLUVIA SIN NIAMH”

Mientras sonaba Mark Knopfler en el viejo radio casete, sentado en la ventana preferida de Niamh, releía uno de sus poemas, mientras la lluvia golpeaba la ventana, y la gente corría por las calles intentando mojarse lo menos posible, echaba de menos a Niamh, a mi lado recitándome poemas incomprensibles a la oreja, mientras se abrazaba a mi tumbados sobre la hierba de Kensington Gardens, su voz suave que me acariciaba más profundamente que sus manos, y su melena pelirroja cayéndome suavemente sobre mi cara, cerré los ojos y su perfume pareció envolverme trasladándome a solo un par de semanas antes, tras salir de la ducha y su húmedo cuerpo abrazarse a mi bajo la tenue luz que entraba por la ventana, y notar sus labios sobre mi espalda, suaves, comenzando a recorrerme lentamente con sus manos, para acabar de nuevo en el mismo lugar donde habían comenzado, todos los recuerdos me invadían constantemente, así que me levante de la ventana, me puse mi vieja cazadora de piel, un gorro de lana negro que tenia, y Salí a la calle.

Pasee bajo la lluvia durante horas, sin apenas saber lo que estaba haciendo, primero recorrí Kensington Gardens, y comencé a ir a sitios donde solía ir con Niamh, hasta que me encontré en su facultad, no sabía muy bien lo que hacer, dudaba entre volver con ella, contándole toda la verdad, aunque estaba seguro que no me creería, o seguir mi camino y que el destino decidiese. Estaba sentado en frente a la puerta, cuando delante de mí se presento una chica de cabellos cortos, ojos verdes y cara de enfado.- ¿Qué mierda haces aquí?.- levante mi vista era Gael, la antigua compañera de cuarto de Niamh, no supe lo que contestarle.

-Eres un hijo de puta, ¿te parece bien lo que le has hecho a Niamh?

-¿Cómo esta ella?.-en sus ojos solo había odio hacia mí, pensé que si pudiese me daría una paliza allí mismo, Niamh y Gael aparte de compañeras de habitación, eran amigas desde pequeñas en su querida Irlanda.

-¿A ti que te parece?, la has hecho polvo, no decirle que estabas casado y que tenias un hijo, eres un verdadero cabrón, y el mayor hijo de puta que me he echado a la cara,- Gael apretaba los puños con rabia, se estaba conteniendo las ganas de soltarme un puñetazo.

Debía tener mal aspecto, porque sin más Gael se sentó a mi lado, saco un cigarro, y me miro con una cara entre asco y pena.

-Volvió a casa la semana pasada, así que aquí estás perdiendo el tiempo, dice que le queda de este año se lo va a tomar sabático, que ya verá como hace para el año que viene, tienes suerte capullo, su hermano quería romperte las dos piernas.- me miro ya creo que con más pena que otra cosa.- la verdad es que viéndote el aspecto que tienes, no creo que haga falta que te las rompan, pero te lo tendrías más que merecido, pero aun haciéndole todo el daño que le has hecho, intercedió por ti ante su familia, si no ya estarías en el hospital. Tiro el cigarro al suelo mientras se levantaba, y sin volver la vista atrás, mientras se dirigía hacia la puerta de la facultad colocándose bien la mochila sobre el hombro soltó un simple “que tengas suerte capullo”.

Me quede un rato mas allí sentado, hasta que volvió a comenzar a caer la lluvia, era como si cada gota fuese una aguja que se me clavase en la cara, según comenzaba a subir en el bus, note una extraña sensación, me di la vuelta y vi como Gael me miraba fijamente desde la ventana de la primera planta, a su lado se divisaba una sombra que se movió rápidamente a un lado, no pude distinguir quién era, pero en caso de que fuese Niamh, estaba claro que no quería saber nada mas de mi. El bus cerró las puertas tras de mi iniciando su marcha, con dirección incierta a diferencia de aquel bus, mi vida tomaba una nueva ruta que no sabía a dónde me llevaría.

César Gorín

20 de Agosto del 2011

http://lucesdeluciernagas.blogspot.com/

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1 comentario:

  1. Triste! ¡Qué indecisos son los hombres! y qué poco valientes a la hora de defender un amor...Ja, ja,! si no supiera que es fición y que estás lejos, no tendría compasión de ti...

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